viernes, 3 de febrero de 2012

2ª parte del viaje. Desierto de Atacama, Chile y Argentina.



La historia.


El desierto de Atacama es el lugar más árido del planeta. En algunas regiones no llueve en años. Durante siglos fue habitado tímidamente por diferentes pueblos indígenas y en su última etapa precolombina destacaron los Aymaras y los Incas. Estos últimos llegaron a dominar desde Perú hasta Atacama, introduciendo su religión y cultos y mezclándolos con los ya existentes.

Desde Brasil cruzaremos a Argentina atravesando Misiones, Corrientes y Salta. Subiremos la cordillera andina por el paso de Jama, maravillándonos con los titánico salares, lagunas de sal testimonio de los antiguos lagos que poblaban estas tierras antes de que a las placas tectónicas se les cruzaran los cables.

En San Pedro de Atacama buscaremos el legado del padre Gustavo Le Paige, un jesuita arqueólogo que desde la década de los 40 se dedicó a buscar restos incas y preincaicos. Él sabía que ellos adoraban los volcanes y otros grandes accidentes geográficos así que se dedicó, Leika y cuaderno en mano, a explorar las cumbres del desierto. Encontró decenas de templos, restos sacerdotales y pequeños asentamientos y se dedicó a documentarlos con deliciosa disciplina. Recuperó momias, cabañas, utensilios y estudió las costumbres ancestrales de los pueblos atacameños. Hoy posee un museo en S. Pedro de Atacama.

Pararemos a la falda del gran Volcán Licancabur para libar agua al dios aymara Malku. También presentaremos nuestros respetos a su esposa, el cerro Quimal. Ambos se arropan con sus sombras en los equinoccios y solsticios.

                                                         Fotaza de Belloplaneta.blogspot.com

No podremos dejar de visitar los Geisers del Tatio, visibles sólo al amanecer cuando el agua helada subterránea entra en contacto con la piedra caliente subterránea y aflora en un espectáculo único.  La REO visitará una de las más hermosas maravillas de este planeta: el Valle de la Luna, inefable con palabras, mejor mira las fotos.


Aunque hay muchas otras maravillas a ser exploradas, descenderemos por el lado oeste de Atacama hasta el océano Pacífico. La idea es sentir lo que sintió el primer europeo que lo contempló (con permiso de los vikingos!). Se trata de otro explorador poco recordado: Don Alvar Núñez Cabeza de Vaca.

La ruta


Le dedicaremos una semana a recorrer los 2700 km y disfrutar de San Pedro de Atacama. Las carreteras en Argentina y Chile son bastante mejores que en Brasil aunque con muchos animales en la pista. Si mi pierna me lo permite nos aventuraremos por los caminos de piedras del desierto huyendo de las visitas organizadas.

Atacama es un lugar de poder. Aquí uno consigue abstraerse de nuestra ruidosa mente y entrar en contacto con lo más ancestral y sagrado que hay en nosotros. Huiremos de las visitas guiadas y buscaremos esos momentos de Satori que hacen que estos viajes valgan tanto la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario