domingo, 23 de diciembre de 2012

São Thomé das Letras y el ácido lisérgico

Cuando planeé esta ruta y vi que lo que me apetecía era recorrer carreteras olvidadas, visitar lugares viejunos y pasar el mayor tiempo posible sólo, empecé a preguntarme el porqué. Cuando decidí que el destino final era un reducto hippy de los 70, un valle medio secreto en lo alto de la sierra famoso por sus avistamientos Ovnis, por sus grutas mistéricas llenas de cascadas heladas donde la Pachamama recibe ofrendas de flores, justo en ese momento me di cuenta de que lo que buscaba en realidad era conectar. 

Otros viajeros. unos músicos chilenos recorriendo Sudamérica tocando y aprendiendo otras músicas

Hemos llegado a un punto de ruido vital, de velocidad cotidiana en donde para poder sentirnos vivos tenemos que parar totalmente y desconectar…y así poder conectar con lo más básico. Nos parecemos al conejo de Alicia, siempre llegando tarde. Otros con peor baba dirían que somos un hámster corriendo en la rueda. Y en São Thomé tuve la oportunidad de conocer y charlar con varios ex-conejos.

Una de tantas comunas de ex-conejos que pude visitar

La peña que hace yoga y meditación dice que se puede desconectar/conectar en cualquier momento y lugar. Entiendo racionalmente lo que dicen y también les envidio, no muy racionalmente, por su capacidad ya que en mi caso necesito a Susana, una carretera olvidada y mucha tierra para hacerlo…aunque visto así tampoco es tan malo mi método.


Ommmgggh

São Thomé das Letras es una villa portuguesa del siglo XVIII que se asienta sobre una gigantesca mina de precioso quarzito, piedra que forma enormes placas lisas y duras formando ladrillos naturales. Son tan perfectas que la gente construye apilándolas directamente, casi sin argamasa, formando paredes duras y hermosas. Hubo un tiempo en que era el material de construcción de los pobres aunque hoy en día los diseñadores las usan en carísimos diseños rústico-pijos por todo el mundo.

véis lo fácil que es construir así?

Iglesia construída con las famosas piedras de São Thomé

El pueblo domina todo el valle ya que está en el punto más alto. Se dice que este es un punto de conexión de enormes fuerzas telúricas y la verdad es que, sugestiones aparte, sí que notamos un puntito de fuerza cuando llegamos al lugar.  Las vistas impresionan al extremo y si a eso le añadimos el ambiente esotérico del pueblo y encima inhalas ciertos vapores herbáceos, lo normal es que tengas un buen viaje al centro de loquesea.


Estos ángeles y sus veteranas GS me repararon la matrícula, el topcase y apretaron todos los tornillos en un pispás sin parar de reir y de tomar cerveza. Obrigado, queridos!!

Volviendo al comienzo del post, hay algo que noto cuando hablo o leo cosas de motoviajeros. Es esa búsqueda y admiración por la naturaleza pura. Esas fotos de atardeceres, de paisajes desiertos donde lo único que se mueve es esa persona que está al lado de una moto/bici disfrutando del momento y sintiéndose parte de un espectáculo gozoso y simple. A esos momentos especiales yo les llamo Satori aunque cada uno le pone la etiqueta que le parece mejor.




Fueron precisamente esas sensaciones las que hicieron que la villa fuese colonizada por cientos de hippies en busca de paz y armonía allá por los 80. Aislada y apacible, floreció con comunas hippies, con ermitaños del LSD y otros estupefacientes que encontraron aquí un lugar en donde evolucionar su espíritu. Hoy en día ya no es lo que era, claro. Aun así quedan algunos de los originales soñadores, como mi colega de la foto que lleva 19 años viviendo en una cabaña hecha por él mismo y que vende artesanía en madera. Me mostró fotos de las sillas y muebles que hace con troncos de madera retorcidos y la verdad es que eran obras de arte. Mi compi me contaba que hace años que no toma nada de nada y que ya no le hace falta ninguna sustancia para tocar el suelo y sentir lo que siente…todo un hippy 2.0!!

Mi compi y su arte
El lugar más bonito del pueblo es la Pirámide. Construida de placas de quartzito, está en el punto más alto y mirando hacia el oeste. Cada día se reúne la gente para despedirse de un Sol henchido y naranja que cae poco a poco tras las montañas que limitan el valle. Un momento espectacular, maravilloso, buenrollero y gratis…que no se enteren los de Apple.


Cuando fuimos era puente y esto hacía que el lugar estuviese hasta las trancas de gente bastante maja: la mayoría alternativos de rasta y canutos aunque también muchos ciclistas, artistas y parejitas jóvenes con muchos tatuajes. A mi esta fauna me gusta más que los verracos de playa y cerveza, o las posturitas de gimnasio y Pachá, qué le voy a hacer.

Tocando Staiway to Heaven con el ocaso de fondo...priceless
 

Durante el día nos dedicamos a recorrer las cientos de cascadas, riachuelos y pequeñas grutas que llenan la región. Tuve la suerte de coincidir en la mugrienta posada (por cierto que son todas del estilo) con un motero y espeleólogo aficionado que estaba con su familia y que me dejó acompañarle una mañana. Rinaldo fue otra prueba de que este lugar es especial. Me contó que lleva viniendo a São Thomé diez años. Es un hombre práctico, acostumbrado a trabajar duro en su Itú natal para poder sacar adelante a su familia y al mismo tiempo me dijo que el lugar le atrae irremediablemente. Sin saber explicar lo que sucede, me dijo que aquí “suceden cosas”, que esta tierra “es especial, poderosa”. No será yo el que lo niegue.

Leer a Ted con los pies en un arroyo...priceless


La conclusión de esta ruta y de este post es que os llevéis a la familia al campo más a menudo.. Porque la mente a veces se calla y la vida nos habla recordándonos nuestro humilde papel en este juego en dónde sólo hay una certeza: que de él no saldremos vivos. No nos lo tomemos tan en serio entonces!! 

domingo, 2 de diciembre de 2012

Mi abuelo era carretero y de tal palo tal motero

Recuerdo con cierto romanticismo que mi abuelo me contaba historias de cuando iba con su carro de bueyes vendiendo vino por los pueblos de alrededor. También creo recordar la cara de orgullo de mi padre cuando mi abuelo nos contaba como lo llevaba en el pescante del carro, pasándoselo pipa como el crío que era en esa época.



El comienzo de la Estrada Real en Paraty
Restos del camino original a la vera de la carretera

Ayer fue un día de carretero; de sudor, agallas y miedo pero con el orgullo de quien llega a su destino con la carga intacta. Mi abuelo se me apareció tras 4 ó 5 horas de pista, en un momento dulce durante un trecho muy fácil y bonito de la Estrada Real. Tras una subida bastante larga, llegamos a un alto desde donde se veía la ciudad de Cunha. Paramos para hacer una fotaza y gritarle un poco a las vacas y ahí precisamente me acordé de mi yayo, de su carro de vino y de lo orgulloso que estaría de su nieto si pudiese verme desde donde quiera que esté.

En este lugar nos vino a la memoria mi yayo. Siempre tuvo buen gusto el viejito

Los carreteros que hacían la Estrada Real eran gente curtida y dura. En aquella época una vida valía una higa y la Estrada con sus cuestas, bichos peligrosos y barrancos se lo recordaba constantemente. 





En esta mini REO nos habíamos propuesto seguir la ruta original lo máximo que pudiésemos. Eso implicaba subir la Serra do Mar por la pista de Paraty-Cunha, algo clasificado como “intransitável” por la DGT brasileña. Es una pista llena de agujeros y piedras como sandías. Para colmo atraviesa una selva virgen y la humedad en ella es de casi el 100% relativo, con lo que el firme es cualquier cosa menos eso, firme.


mola para las fotos y tal pero para pilotar es una putada

Al más puro estilo Miquel Silvestre, empezamos a subir sin saber si podríamos atravesarla o tendríamos que volvernos derrotados, en el mejor de los casos, o con algo roto en el peor.


Ahora, a toro pasado, podemos decir que valió la pena. Las vistas y emociones que tuvimos fueron extremas. Nos caímos, nos levantamos, nos cagamos de miedo, nos maravillamos ante la brutal y poderosa naturaleza que nos rodeaba, todo en la hora y media que tardamos en recorrer…10 kilómetros!! Así de chunga es la pista.



Estas aventurillas son una buena escuela de vida. Se pasa del infierno al paraíso en apenas unos kilómetros. Cuando estaba en el suelo lleno de barro me preguntaba qué carajo hacía allí, porqué me meto en estos berenjenales y me juego el tipo cuando podría estar tranquilamente en la playa poniéndome morao a cerveza y espiando bikinis. 


en las zonas más chungas, parar significaba caída segura.


Estaba caído en una de una poza de barro de la que no conseguía salir. Tras dos intentos estaba extenuado, las gafas y la ropa encharcadas del sudor por la humedad…de mala leche conmigo mismo hasta que me di otra oportunidad. Había unas piedras negras a la izquierda, restos de algún intento de asfalto. Si conseguía llegar a ellas tendría unos metros de agarre con los que ganar velocidad y salir del lodazal. Y lo conseguí! De nuevo al paraíso, sube y baja de emociones. Vamos, como la vida misma.


un oasis: en medio de la pista esta barraquita donde vive un pareja  mayor que vende pasteles caseros de queso con banana y azúcar. A gloria bendita te saben!!

Tras subir la Serra do Mar llegamos a la bajada hacia Cunha. Donde antes sólo había niebla y barro nos encontramos con un cielo azul y un paisaje de cientos de kilómetros (otro paraíso súbito!) Si yo estaba contento y satisfecho de mi pequeña hazaña de unas horas, ¡imaginad lo que sentían aquellos muleros cuando llegaban a este punto! No es de extrañar que precisamente aquí se construyese en 1724 la iglesia y el cementerio de São José da Vista.


Unas señoras secaban unas ramas de palmera con las que hacen artesanía y cestería

La Estrada Real original se solapa frecuentemente con carreteras asfaltadas, así que para los peregrinos que la hacen a pie o bici, que son cientos, existen placas que marcan cuando se separa de la carretera y cientos de mojones que jalonan la vía, explicando la historia de ese punto y la distancia hasta el próximo poste.



Decir que es un camino bucólico sería decir poco. Pese al barro y la dificultad, las vistas y el saber que estás pasando lo que ya horadaron cientos de carreteros, esclavos, peregrinos, soldados, putas, viajeros… en fin exploradores de su época, saber esto le da un significado especial al viaje. Imagino que es por eso que lo recorren cientos de brasileños que quieren rendir tributo a sus raíces.


Qué se sentirá viviendo en un sitio así?

Tras Cunha y Lorena, comienza el ascenso a la Sierra da Bocaina. Aquí la vía original fue asfaltada y es una carretera estupenda con miradores y críos que te ofrecen frutas de jaboticaba en cada parada. Es curioso como vemos lo que buscamos. A base de investigar y documentarme consigo encontrar rasgos guaraníes en mucha gente. A veces tengo la suerte de poder charlar con ellos y al preguntarles descubres que su tío era de origen indígena o que su bisabuelo era de la tribu talicual. El mestizaje por aquí fue tan común que hace poco publicaron un artículo oficial diciendo que más de la mitad de los brasileños tienen sangre negra o indígena. Ahora se entiende porqué esta gente es tan guapa. Chúpate esa Arzálluz!!


Mi compi Agnes. Modelo, motera y con sangre guaraní además de la obvia mulata. fijaos en sus ojos e imaginárosla bailándole a Ñanderú-Tupã!!

Tras un día extenuante aun nos quedaba la última prueba. Por cabezón sigo sin usar GPS así que haciéndole caso a los mapas del Googlemaps me perdí de nuevo. Quedaba menos de una hora de sol y tenía dos opciones para llegar al destino, la mística São Thomê das Letras: o 40 km de carretera de tierra mojada o 2 horas y media de aburrido asfalto. No hace falta que os diga lo que decidí J.

A mitad de camino de la Sierra de la Bocaina

Envalentonado con mi periplo hasta entonces, apreté los dientes y algo más para encarar la pista todo lo rápido que pudiese intentando aprovechar el poco sol que quedaba. Mi yo racional me repetía lo que aquel amigo bróker italiano me decía: “los éxitos pasados nunca son garantía de éxito en el futuro”, todo una lección de Zen o de especulación bursátil, tú eliges. Al final llegamos casi intactos, justito para el ocaso ahítos de tierra, alegría y con apenas la matrícula y un faro roto a causa de tanto tembleque y salto. Objetivo cumplido!!


llegando al fin a São Thomé das Letras

Este post se lo dedico a Roberto de viajoenmoto.com, por el currazo que se da en su blog y en su podcast y por las risas que me he echado con su serie de posts “Sé un auténtico motero”.
Roberto, a ver si me mandas unas pegatinas de Asturias, que nunca he estado y quiero vacilar por aquí de ser un auténtico viajero!!


Qué bien nos lo "pasemos"!!

lunes, 19 de noviembre de 2012

Paraty-Mirim y el cacique Don Miguel

En el siglo XVI existía una linda costumbre mantenida hasta hoy: “roba a un ladrón y tendrás 100 años de perdón”. Este principio era llevado a rajatabla por ingleses, holandeses, turcos y otros piratas. Como las rutas por las que el oro expoliado en América llegaba a la península eran conocidas, los puertos que almacenaban tan noble metal eran objetivo frecuente de ataques. Así que los portugueses, haciendo gala de creatividad  latina, se inventaron un falso puerto principal, una ciudad bonita y llamativa llamada Paraty que despistase mientras en secreto usaron una pequeña bahía completamente inexpugnable donde preparar el oro camino de Lisboa. Esta pequeña bahía se llamaba Paraty Mirim, Pequeño Paraty en guaraní.

El centro histórico de Paraty

La táctica funcionó durante muchos años. Paraty Mirim estaba rodeada por manglares y cerros, con una única entrada por mar y otra por tierra, ambas fácilmente defendibles por los lusos. Pero con el tiempo la coqueta Paraty se convirtió en toda una gran urbe de la época y los nobles criollos portuga empezaron a construirse mansiones de veraneo.

Los Quilombos eran los pueblos fundados por esclavos huídos que han sobrevivido hasta hoy

Así como el oro, por Paraty entraban los navíos negreros del África. Los esclavos irían a trabajar a las minas y fazendas del sur de Brasil. En sus inmediaciones estaban las infames “granjas de engorde”, donde los esclavos supervivientes de la atroz travesía se recuperaban y engordaban antes de la subasta. Ved la 1ª temporada de la genial “Rome” de la HBO y entenderéis el extremo de esta canallada o visitad la página del historiador y cocinero Pino Rossi y descubriréis mucho más sobre el asunto en Brasil.

Terrible y rara imagen de un navío negrero. Cortesía del trabajo de investigación histórica de Pino Rossi

A Paraty llegamos bajando por la rodovía de los Tamoios hasta Ubatuba, donde nos acogió en su casa el gran Rogerio de Oliveira, piloto hidalgo y director del equipo de Rally Avante Azevedo. Un hombre culto y vivido que ha corrido docenas de Dakares, Rallys do Sertões y un sinfín de pruebas dirigiendo al campeón brasileño Jean Azevedo, quien se las va a hacer pasar canutas a Coma otra vez. 


Al día siguiente continuamos por la rodovía Santos-Rio de Janeiro, que es una de las más hermosas del país: a la izquierda mata atlántica virgen y a la derecha las violentas y lindas playas que se suceden sin fin.






El ir a Paraty Mirim no obedeció apenas a un afán histórico. En realidad lo que más me atraía era la existencia de una de las pocas escuelas públicas bilingües de Brasil: la E. P. Guaraní Tava Mirim, enclavada en una comunidad indígena y en donde los alumnos estudian en portugués y en guaraní. Mi compi Pino Rossi me había hablado de ella y de lo bien que el cacique lo recibió.

La escuela en cuestión y un alumno

Este chaval indígena nos llevó a la aldea tras perdernos. El crío corría casi más que nosotros!!

Así que Susana en mano nos fuimos al encuentro del cacique con la esperanza de  que nos recibiese. Don Miguel no sólo lo hizo sino que estuvo con nosotros el resto de la tarde hablándonos de su historia, de las costumbres de su pueblo y de cómo ve el futuro de su gente en un mundo globalizado.

Don Miguel, el cacique de Party Mirim

Nacido en Foz de Iguazú, habla español bastante bien. Es el padre de 8 hijos y abuelo de una centena de nietos, la mayoría de ellos viven en la aldea y se dedican a jugar, reír, tirar piedras (con buena puntería he de admitir), vender artesanías y escuchar las historias de sus ancianos.

Aunque curiosos, los niños eran tímidos y apenas una niñita quiso acercarse y jugar con nosotros

No es que vivan en el mayor de los lujos precisamente

El poder de la comunidad es dividido entre el cacique y la Pajé (chamana). Ambos dirigen la ceremonia diaria a Ñanderú-Tupã, el dios creador guaraní. Cada noche la gente se reúne en la “Casa de Oración” para rezar, bailar, cantar y renovar, en fin, los lazos de la comunidad.
Esto pasa a las 7 o así, por la noche, porque por el resto del día las mujeres lo pasan trabajando en el hogar, haciendo artesanías, cuidando el huerto o los críos. Luego van al pueblo para vender lo que han hecho a los turistas mientras los hombres juegan al fútbol en la playa…parece que Ñanderú-Tupã también vive en el Vaticano!!

Dom Miguel e a Susana

Volviendo a la tierra, es tan grande el vínculo que tienen con este elemento que el único modo de que un guaraní se case con un blanco (aquí blanco significa cualquiera que no sea indígena. Bob Marley es blanco para un guaraní), el único modo es que el blanco posea tierra y viva en ella. La tierra debe ser suficiente para poder mantener a una familia. La otra opción es que el blanco ingrese en la tribu a través de una ceremonia donde el/la Pajé le entregará un nombre guaraní al nuevo miembro.



Después de hablar con Don Miguel y ver con lo poco que vive esta gente no puedo dejar de reflexionar y pensar en el par de chavales universitarios que en la cola de la cafetería el otro día pagaron su almuerzo con sendas tarjetas Visa Platino…con apenas 20 primaveras y ya tienen acceso a más dinero que Don Miguel y sus 35 familias juntas. En fin, otro Maestra Vida.


sábado, 3 de noviembre de 2012

El vídeo del ataque a una ciudad española del Guayrá!

Hoy he hecho arqueología en mis vídeos y fíjate lo que encontré: el vídeo que hice cuando llegué a las ruínas de Villa Rica del Espíritu Santo, en la actual Fênix en el Paraná Brasileño.



Este vídeo recoge el momento en que llegué a la primera de las antiguas ciudades españolas destruidas por los Bandeirantes paulistas. Fue un momento bonito. Me acuerdo que de la nada salió un coatí que se dedicó a observarme un rato. Entonces hizo un sonido como un bufido y de repente una familia entera salió del mato y cruzó la carretera al otro lado con la seguridad de que yo no era ningún peligro.

Bueno, no es gran cosa pero hasta que no empiece a viajar después de Navidad no consigo que la musas me inspiren muchas historias chulas para contaros.