Salimos de la capi
rumbo a la costa bajando la Serra do Mar. Esta es la principal vía que une São
Paulo con Santos y es una carretera peligrosa y hermosa a partes iguales por
culpa del intenso tráfico de camiones rumbo al puerto.
Santos es decadente
y sucio. En el apogeo del café llegó a tener su propia Bolsa, la bolsa del café
de Santos. Hoy en día es la parte más bonita de la ciudad y pasearse por su
malecón viendo como unos barcos gargantúicos entran y salen del puerto es todo
un espectáculo.
Cacique Tupí en Brasilia |
ilustración de Cunhambebe, ilustrado por André Thevet, un cosmógrafo francés que acompañó una de las 1as expediciones |
Los jesuitas portugueses narran en sus crónicas que obtuvieron importantes victorias contra los europeos gracias al carisma e inteligencia de Cunhambebe, el uso de la lucha a canoa y el saber robar y utilizar las armas de los portugueses que derrotaban. Pero como con Viriato, la historia no termina muy épicamente. Cunhambebe murió de viruela y el mando pasó al segundo cacique fundador, Aimberê. Los jesuitas hicieron un “tratado unilateral” con los Guaianases para que se abandonasen la “lucha armada”. Así debilitados, a los franceses y tamoios les dieron para el pelo en 1567 gracias a una gran alianza de los portugueses con las tribus rivales de los tamoios.
(Daos cuenta de cuan
ridículos son estos eufemismos model-nos! Tratado unilateral = pacto, lucha
armada = guerra, y punto)
Parque Estadual Carlos Botelho, en pleno territorio tupí-guaraní |
Tras la derrota,
franceses y tamoios huyeron y se hicieron fuertes en Cabo Frío, zona de fácil defensa. Los gabachos, gente pragmática,
sabían que no podrían resistir un sitio por tierra y mar así que se despidieron
de sus aliados a la francesa (fíjense sus mercedes, qué bien traído!!) y los
abandonaron a su suerte regresando a Europa.
Como a los
portugueses les sobraba paciencia, armas y tribus con pelusa de los
orgullosos tamoios, esperaron 8 años hasta 1575 donde por fin los vencieron.
Para dar ejemplo y vengarse de la costumbre tamoia de comerse a los portugueses
capturados, ejecutaron a todos: niños, mujeres, hombres…todos. No funcionó la
táctica (como siempre la violencia sólo genera violencia) ya que algunas tribus
siguieron su lucha en solitario como los Gopitacases.
Al recorrer esta
parte del Peabirú hice escala en Curitiba, la capital de Paraná establecida
sobre el Camino indígena. La muy fría Curitiba se estableció gracias en gran
parte a la inmigración germánica y eslava. Hay barrios alemanes riquísimos,
ucranianos, húngaros y polacos. Cuando el Papa Juan Pablo II vino a esta tierra,
hizo una parada en este barrio, construyeron un monumento y agradeció a los
descendientes por haber mantenido pura y verdadera la fe católica en estas
tierras…y aquí empieza la 2ª parte del post.
Tuve el honor de
conocer a una Tamoia Polaca, Adriane. Nacida en un pueblito del interior de
Paraná donde la 2ª lengua es el polaco, es hija y nieta de polacos. Creció en
un ambiente boitjílico, ultra católico, donde la única manera aceptable de
echar un polvo era sin condón y por amor…así que pasó lo que tenía que pasar.
Con su novio adolescente de toda la vida, se quedó embarazada a los 18 años y la
única salida era casarse. Pues venga, a la iglesia.
Monumento a los ucranianos en el parque Tingui |
Pero Adriane soñaba,
leía libros. Quería estudiar y tener un futuro. Ella sospechaba que existía un
mundo más allá de su pueblo, de su gente y el saber que lo que le esperaba a
ella y a su hijo era una educación precaria, represiva y un futuro anclado en
el pasado la ahogaba. Así que antes incluso de que él naciese pidió el
divorcio. Divorciarse era permitido a los ojos de la Ley pero no a los de Dios
y su pueblo, así que no tuvo otra que exiliarse.
Repudiada por su
gente emigró a la capi. Allí trabajaba en lo que pillaba hasta que consiguió un
empleo fijo de empleada del hogar mientras estudiaba Magisterio y Letras.
Chicos y chicas, poneos en situación: imaginad el estigma social de una chica
de pueblo, madre soltera y “criada” en una casa rica…es de película de Buñuel
pero en Brasil!!
Nuestra heroína, Adriane |
Con los años se
graduó, dejó la fregona y empezó a currar de profe en escuelas marginales con
más de 50 alumnos por clase (bueno, España va
a ser así dentro de poco también). Hoy Adriane estudia finanzas. Curra de
contable y colabora como periodista en pequeños periódicos. Por fin tiene un
coche y le paga a su hijo un colegio decente. Sigue siendo católica pese a que hace
unos años el cura del pueblo, en plena homilía, la señalase y dijese que una
madre embarazada que se divorcia no es digna de ir al culto y es un mal ejemplo
para la comunidad.
Esto es por ti,
Adriane, y por las otras Tamoias que luchan anónimas por un futuro mejor contra
tanto puritanismo, ignorancia y especulación.
Zaoszczḛdzic, Adriane, Quijote Polski!!
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muy educativa la crónica y emotivo el relato personal, Angel.
ResponderEliminarUn beso para la luchadora y un abrazo para el luchador, je, je!
Gracias, Anónimo!
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